©Marta BalbiNítida conciencia del ecosistema: TODO TIENE QUE VER CON TODO.
Queda sólo por descubrir en qué forma y en qué grado.
Está el Universo; el firmamento infinito. De noche se lo ve en toda su dimensión, tamaño y esplendor. De día queda cegado por la luz del Sol.
Pero lo que tiene la luminosidad solar es que se manifiesta en cada lugar con un régimen distinto. Entonces, tenemos la conciencia del régimen local del aprovisionamiento de energía de la acción creadora que se manifestaba a través de los rayos del Sol.
La luz solar o el espectro de luz visible se descompone en los colores del Arco Iris.
La luz del Sol disipa la oscuridad, también en el plano conceptual. Por eso el Sol-Conocimiento es el que Reina los reinos perfectamente organizados, eficientes y armónicos.
Cada lugar ha de ser definido en cuanto a su temperatura, régimen de estaciones, productividad, etc.
Cada lugar es un mundo, regido de manera particular por el Sol y la Luna común. Para señalar esa particularidad se le da a los ‘dioses’ nombres distintos desde cada lugar.
Una esfera girando en el infinito, eso es la Tierra. Y recibiendo desde cada punto de la esfera cantidades diferentes de energía cósmica.
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