No es una tumba ya que la muerte no significa la muerte.Según la religión maya, después de la muerte el alma emprende un camino a Xibalbá (Metnal, Mundo Subterráneo o Inframundo), donde debe atravesar un río ayudado de un perro (el xoloitzcuintle). El hecho de portar una pieza de jade le facilitará las cosas. El peregrinaje terminará en el Sur adonde llega el alma y se lo asocia con el color amarillo.
Los mayas consideraban que el alma de una persona que iba al inframundo renacía en un individuo de la misma especie, sin ningún recuerdo de la vida anterior.
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