Desde hace muchos miles de años, muchos más que el recuerdo de las culturas antiguas puede consignar, el hombre se afanó en buscar en los signos de los fenómenos naturales la existencia y vigencia del dharma, de la Ley natural que impone un orden tanto físico como moral.
La civilización maya elaboró un calendario religioso basado en los ciclos astronómicos, incluyendo los ciclos de Venus.
Venus tiene un periodo sinódico de 583,93 días, es decir, cada casi seiscientos días terrestres Venus se halla en la misma fase o elongación con respecto al Sol visto desde la Tierra y lo observamos presentando la misma fase.
Cinco ciclos sinódicos = Ocho años terrestres. Por tanto, cada ocho años Venus se halla en la misma posición del cielo y tiene la misma fase y elongación con respecto al Sol.
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