viernes, 10 de junio de 2011

Genealogía de Matawiil - Palenque

Antigüamente conocida como B’aakal, la ciudad de Palenque representa el más acabado ejemplo de metrópolis clásica maya. Los refinados estucos que la adornan, el maduro equilibrio de su arquitectura, la graciosa línea de su estilo escultórico y su ubicación en una amplia planicie esmeralda la convierten en toda una joya de la cultura americana de todos los tiempos. Es famosa, además, por la magnífica tumba de su Rey K’inich Janaab’ Pakal, equivalente americano de Tutankamón.

Sabemos ahora que Palenque, como todas las ciudades mayas clásicas, tuvo una intensa y conflictiva vida política que incluyo alianzas y cooperaciones con Tikal y crudas guerras con Calakmul, Toniná y Piedras Negras.
En Palenque se encuentra una de las mayores obras de ingeniería urbana de los mayas, la entubación del río Otulum que atraviesa la ciudad, por medio de un acueducto subterráneo.

Palenque alcanzó su cenit en el siglo VII, es decir, al mismo tiempo que Europa entraba en un obscuro periodo. A lo largo de su historia los reyes de Palenque proclamaron su origen dinástico hasta un mítico pasado que se perdía en el origen de los tiempos. Generalmente los ajaws (reyes) remontaban la línea del tiempo hasta un ancestro divino en algunos miles de años, aún cuando hubiese casos en los que se presume una antigüedad genealógica de 25.000 años ¡y hasta de 800.000 años! En el caso concreto de Palenque sus gobernantes de jactaban de poseer una ascendencia prehistórica, la cual se remontaba incluso más allá de la creación del mundo actual, que, según los mayas, había ocurrido en el año 3.114 a.C. Una deidad, Muwaam Mat había nacido en el año 3121 a.C. y a la prodigiosa edad de 761 años, es decir en el 2.360 a.C., había engendrado tres hijos, los cuales constituirían la tríada de dioses que iniciarían y regirían la vida espiritual de Palenque. Los tres dioses eran representados como un joven, una deidad infantil y una variación local del Dios-Sol-Jaguar. En el 2.305 a.C. Muwaam Mat fue coronado como Ajaw de Palenque con el nombre de K’uhul Matawiil Ajaw. Matawiil era el legendario lugar donde ocurrieron estos hechos y este nombre fue usado para identificar a Palenque en el glifo-emblema de la ciudad.
En el 986 a.C. otro rey mítico, «Sangrador de la Serpiente» subió al poder a la más realista edad de 26 años. De este modo se establecía una continuidad entre las potencias del mundo extraterrenal y el mundo de los hombres.

El primer rey histórico de Palenque fue K’uk B’alam (Quetzál Jaguar) el primer Ajaw mortal de la casa real palencana. Poco se sabe de él, salvo que con frecuencia se le llama “Gran Señor de Toktan”, lugar desconocido que realmente existió y que poseía gran importancia para la realeza; quizás fuera el lugar de origen la dinastía. K’uk B’alam comenzó su breve reinado en 431 —sólo estuvo en el trono cuatro años— al mismo tiempo que la magnífica Teotihuacán alcanzaba su máximo grado de influencia en el Petén.
La punta de lanza de esa influencia fue la mexicanizada Tikal, a la sazón gobernada por Siyaj K’ak, es precisamente el nombre de este rey el que se encontró en un tablero del siglo VII en Palenque, algunos han querido ver una relación entre este rey y la fundación de la dinastía palencana, lo cual explicaría las excelentes relaciones que ambas ciudades mantuvieron a lo largo de los siglos, incluso en los períodos más agitados. Lo que si es un hecho es que Tikal y Palenque fueron aliados intermitentes en su esfuerzo por frenar la peligrosa expansión del agresivo Calakumul, que se decían descendientes del Reino de la SERPIENTE.

Existe mayor información de la historia posterior de Palenque. Kan Balam murió sin dejar un heredero varón y debido a ello tomo el trono la señora Yol Ikn’al —probablemente su hija— en 583. Este episodio es uno de los escasísimos ejemplos en el período clásico en el cual una mujer ejerció el poder plena y efectivamente durante un lapso de veinte años. El evento más dramático de su reinado yace registrado en una escalera jeroglífica única en Palenque. En ella se narra un “hacheo” (batalla); al parecer se trata del saqueo de la ciudad y el responsable es un militar del Reino Kaan, es decir, Calakmul. Este hacheo es sin duda una hazaña militar notable, dada la distancia significativa que separa ambas ciudades y debido al hecho de que el general calakmulense y su gran ejército debieron cruzar el caudaloso Usumacinta. Como la mayoría de las batallas, está sucedió en la estación “seca” que va de marzo a junio. El ataque muestra la firme decisión de Calakmul de erigirse como superpotencia del mundo clásico, objetivo que lograría tras la derrota de su odiada archirrival Tikal.

Por medio del mismo grupo de glifos nos enteramos que las huestes de Calakmul no sólo saquearon Palenque sino que cometieron el vasto sacrilegio de hurtar la tríada de ídolos sacros del reino, los cuales, como hemos visto, conformaban las fuentes espirituales que irradiaban a la sociedad y a la aristocracia palencanas. Sin duda el 21 de abril del 599 quedó registrado como una fecha negra en la memoria de la ciudad.

La señora Yol Ikn’al murió en 604 y fue sucedida por su hijo Aj Ne’Ohl Mat. Una figura importante, un hombre llamado Janaab’ Pakal el cual no debe confundirse con Kinich Janaab’ Pakal. Este a pesar de no haber sido coronado nunca, gozo de gran poder político e incluso mereció un emblema completo para su designación. El gobierno de Aj Ne’Ohl Mat duró ocho años y también hubo de enfrentar un nuevo desastre militar, de nuevo a merced de la poderosa Calakmul, esta vez el ajaw de Calakmul en persona Serpiente Enrollada tomaría B’aakal, nuevamente en abril pero del año 611. Aj Ne’Ohl Mat sobrevivió a la debacle pero ni el ni Janaab’ Pakal vivirían para recuperar el prestigio de la ciudad pues ambos morirían con pocos meses de diferencia en el 612.

Estas derrotas de Palenque fomentaron un ambiente político caracterizado por el caos y quizás el homicidio. Un nuevo gobernante ascendió al trono y se atribuyó el título sagrado de Muwaan Mat, la mítica figura sagrada y fundadora de la dinastía de la ciudad. En el 613 el lenguaje de los glifos está claramente sumido en la angustia, el texto inicia con la frase ‘satay k’uhul lxik, satay ajaw’, “perdida está la divina señora, perdido esta el rey”. Después se pasa a describir que ciertos ritos fundamentales no han sido realizados. Ni siquiera se menciona al gobernante durante este extraño lapso de la historia de Palenque. Por lo que podemos colegir de los textos, se pactó un acuerdo político para asegurar la continuidad de la ciudad, en él, una hija de Janaab’ Pakal ascendió al poder. La señora Sak K’uk (Quetzal resplandeciente) fue ungida en 612 y probablemente este hecho se considero como una refundación de la desecha dinastía así como de la ciudad. Este periodo culminó tres años después con la sucesión de señora Sak K’uk por parte de su hijo de doce años K’inich Janaab’ Pakal (Gran Sol ? Escudo) en el 615, a este ajaw también se le conoce con el nombre de “Pakal el Grande”.

En el momento en el cual Kinich Janaab’ Pakal arribó al trono de Palenque la ciudad vivia un marcado periodo de decadencia. Con el nuevo ajaw llegarían vientos más prósperos. En 624 Kinich Janaab’ Pakal se caso con la señora Tz’akb’u Ajaw la cual le dió dos hijos en 635 y 644. Ella era nada menos que princesa de Oktan, (LA MAL LLAMADA REINA ROJA LA PRINCESA DE LA PUERTA DEL CIELO UBICADA EN MACUSPANA TABASCO PRINCESA OLMECA, ZONA ARQUEOLOGICA DEL TORTUGUERO).

PAKAL regresaba al inicio de donde partió el linaje de LA VENTA, TABASCO, que fundó EL MIRADOR, cuna de la CIVILIZACION MAYA. Pero, ¿quién fue Pakal en la sociedad antigua?

K’inich Kan B’alamm hijo de PAKAL, tomó el ofídico y bicéfalo bastón de mando a la edad de 48 años. Por lo que sabemos de él, estaba plenamente consciente de que sería muy difícil emular a su padre, recién fallecido. Pero pronto demostró que era un hijo digno de Pakal el grande. Impaciente después de tan prolongada espera por el poder, de inmediato inició el ambioso proyecto de tres pirámides en un aterraza artifical y que hoy conforman el grupo de construcciones conocido como el Grupo de las Cruces.
Con K’inich Kan B’alamm la arquitectura y el modelado de estuco de la ciudad alcanzó su inigualado cénit. Debido a esta madurez artística podemos conocer cara a cara a este ajaw. Varias esculturas muestran su rostro de belleza clásica, el cual refleja serenidad y arrogancia.
El hecho de que un ajaw hubiese arribado a una edad madura al trono parece haber sido una bendición para Palenque. Pragmático y abierto a los cambios, K’inich Kan B’alamm afianzó el poder y la riqueza de la ciudad. En 687 Kan B’alamm le propinó una tremenda golpe a Toniná, al parecer el ajaw toninense no sobrevivió a esta derrota. Bajo este reinado se desarrollaron los incensarios de terracota, típicos de Palenque y en los cuales se representaba los Dioses del Fuego. Parece que hubo un verdadero furor por ellos si nos atenemos a la gran cantidad (rotos e intactos) que se han encontrado por toda la ciudad.

El 16 de febrero del 702 K’inich Kan B’alamm murió y su hermano K’inich K’an Joy Chitam II accedió al trono a una edad incluso mayor que la de su hermano: 57 años. No está claro por qué, pero siempre fue un hecho que él sería el sucesor y no un hijo de Kan B’alamm pues su título en vida de su hermano fue b’aah ch’ok “principe cabeza” ó ‘heredero designado”. Sea como fuese, el hecho fue que después de un siglo, los tiempos de bonanza habían concluido para Palenque. En 711 Toniná cobró ruda venganza, asoló la ciudad y K’an Joy Chitam fue hecho prisionero y llevado a Toniná. Una escultura de esta ciudad muestra al anciano rey derribado, quizás suplicando piedad, aún portando sus joyas de jade. No sabemos si regresó en calidad de vasallo o si fue decapitado allá. Lo que si sabemos es que ocurrió una desviación del linaje. Pues Ahkal Mo’ Nab’ III tomó el poder. Se sabe que era de la realeza pues su padre fue honrado con una gran pompa fúnebre por nada menos que Pakal El Grande. Sin embargo Ahkal Mo’ Nab’ III fue ungido en 721, es decir diez años después de la muerte de su predecesor. Su gobierno se caracterizó por el lugar prominente en el cual colocó a un gran número de integrantes de la realeza, lo que sugiere que durante esos diez años ésta jugó un rol central en el gobierno y designación del próximo rey. El más afamado fue Chak Suutz’ (murciélago rojo), lugarteniente militar del rey que alcanzó gran prestigio, en vida recibió el título de yajaw k’ak’ “Señor del fuego.

Ahora bien..¿Porque los arqueólogos se obsesionan por denominar mayas a todos los de la región? es más fácil esto, que profundizar en la realidad social-religiosa y política de aquella época, había una clara y marcada división de etnias-razas, los gobernantes de tikal y palenque se decían descendientes del reino de Khan la serpiente, ahora sabemos que el reino de Khan se inicio en la zona arqueológica de EL MIRADOR EN GUATEMALA, palenque se convirtió prácticamente en un defensor del territorio de Tabasco, y no consideraban a las demás ciudades llamadas mayas, dignas o portadores de la sangre real o del divino linaje de los antiguos cabezas negras.

PAKAL
El gobernante maya, cuyo nombre completo era K’inich Janahb’ Pakal, nació en el año 603 d.C.; ascendió al trono a la edad de 12 años y tuvo uno de los mandatos más largos y prósperos de la historia de la antigua ciudad maya de Palenque y murió hacia el año 683.

El 13 de junio de 1952, Alberto Ruz entró por primera vez en la cámara funeraria del rey enterrado en el Templo de las Inscripciones. Allí, al levantar la tapa, vió una cavidad sellada por un tapón ajustado. Debajo estaba el cuerpo de un soberano maya, cubierto de cinabrio rojo.
Tenía joyas de jade. Llevaba brazaletes y collares de cuentas, anillos de jade en cada dedo, un cubo en una mano y una esfera en la otra, ambos también de jade. La cara de Pakal estaba cubierta por una máscara de jade; tenía la boca enmarcada de pirita pintada de rojo.
Estas joyas están actualmente en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México.

Alberto Ruz había encontrado a K’inich Janaab’ Pakal I, rey de Palenque.

Pakal ascendió al trono el 26 de julio de 615 d.C., cuando tenía 12 años. Por aquel entonces, Palenque se encontraba en decadencia debido a ataques recientes y a la muerte de varios de los personajes principales de la ciudad. Fue un gran constructor de su ciudad, y con él, Palenque recobró su esplendor. Su muerte fue un acontecimiento memorable. Su reinado acabó en 683 d.C., cuando murió (el 28 de agosto de 683). Tuvo un largo reinado de 68 años. La fecha de nacimiento de Pakal es relacionada con la ascensión de una divinidad hace 1,246,826 años.

Nos encontramos ante la inscripción maya más famosa, sin duda. La tapa del sarcófago, sobre la que se encuentra esta escena, es de caliza y mide 379 centímetros de alto y 220 de ancho.

Representa a K’inich Janaab’ Pakal I en el momento de su muerte personificado como el Dios del Maíz K’WILL (planeta SATURNO), asociado a la creación del mundo y a la resurrección, cayendo en las fauces de Sak Baak Chapaat, el Ciempiés (o Serpiente) de los Huesos Blancos, que representa la entrada a Xibalbá, el Inframundo. De hecho, una de las inscripciones del sarcófago dice: “Cerraron el sarcófago del Dios del Maíz”. A modo de dato, las fauces del Inframundo son representaciones míticas de cenotes y lagunas del interior de las cuevas.

El rey yace en la placa de ofrendas, decorada con el rostro del Sol muerto, de la cual nace el Árbol del Mundo o Árbol Cósmico. En referencia a esto, una de las joyas que llevaba Pakal era una placa de jade donde se lee “te”, que significa “árbol”, en alusión al Árbol Cósmico y al papel de pilar del cosmos que había tenido Pakal en vida.

El Árbol Cósmico une el cielo, la tierra y el inframundo, y se encuentra en el centro del Universo.

Pakal era el portador del ADN divino, pero era una mezcla étnica, para asegurar la pureza de la sangre vehículo por el cual podía regresar de nuevo el Dios del Maíz a la vida, una de las deidades de Palenque tiene la órbita de los ojos en forma de CUBO, y la pupila es UNA ESPIRAL, esa espiral alude al ADN, este rey que fue considerado un dios sobre la tierra, lo encontraron en su tumba con una ESFERA EN LA MANO IZQUIERDA, Y UN CUBO EN LA MANO DERECHA.
Ambas piedras tun están elaboradas de forma que al juntarse las manos el cubo entra en las ranuras de la esfera y se forma otra imagen, una tercera figura, llamada el HUNAB KU.

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